Detras de la cortina

Despotismo ilustrado

El despotismo ilustrado fue una corriente filosófico-política que tuvo vigencia en Europa en la segunda mitad del siglo XVIII, dentro de las monarquías absolutas. Se caracterizaba por ser un gobierno compuesto por reyes y asesores considerados sabios o ilustrados, cuyas ideas se transformaban en acciones de gobierno y no eran discutidas en ningún espacio. Hay que recordar que las monarquías absolutas no tenían ningún órgano de discusión democrática.

Este pensamiento se podría traducir en la siguiente frase: “Todo para el pueblo, pero sin el pueblo”. La corriente tuvo vigencia en Francia, hasta que, desde la burguesía, se promovieron las ideas liberales y un gobierno constitucional, y no un régimen basado en reyes y asesores iluminados.

En el Perú, esta corriente tuvo su representante en el general Vivanco, que gobernó de 1843 a 1844, lo que se llamó "El directorio", un régimen constituido por notables y de tendencia autoritaria.

Pues bien, pareciera que el “honorable gobierno” pretende resucitar esta corriente. Para enfrentar la delicada situación socio-económica que vivimos, y que ha sido generada por su propia incapacidad e inacción, el humalismo ha solicitado una vez más al “honorable congreso”, facultades para legislar en materia de seguridad, economía y en lo social. Un pedido que no se justifica, si consideramos los resultados de anteriores, incluidos aquellos de economía y seguridad. Los “paquetes reactivadores” y la DINI.

Como si estas medidas hubieran sido exitosas, el ejecutivo pretende presionar al Parlamento para que le otorgue facultades extraordinarias. Un régimen que ha fracasado en el campo económico, llevándonos a un índice de crecimiento de 2.7%, y que tiene el desparpajo de presentar esta cifra como un fruto de su “política social”, desdeñando el crecimiento y la inversión, y achacándole la caída de estas cifras a la reducción de precios de materias primas como los metales, cuya cotización ha descendido, pero se hubiera podido compensar con una mayor producción. Y el ministro de Economìa, Alonso Segura, declara que el país “es visto con atención y hasta con envidia” por la comunidad internacional. Un ministro que, como muchos otros, ha demostrado incapacidad.

Un gobierno que pide facultades en seguridad, pero cuyas facultades otorgadas, convertidas en medidas, no han traído ninguna mejora en la seguridad ciudadana, ni mucho menos en seguridad del estado, como se observa con el aumento del narcotráfico y la convulsión social. Sólo ellos están seguros con su DINI, un remedo del SIN. El ex premier español Felipe González dijo alguna vez que, los partidos de izquierda despotrican de los servicios de inteligencia hasta que son gobierno. Claro, si es que el humalismo es o fue de izquierda, o se nutrió de ella. 

Como si estuviéramos gobernados por “déspotas ilustrados”, el régimen pretende que le demos todo el poder. Que el y sólo él -despreciando el debate democrático- tiene las mejores ideas y los medios para realizarlas, y pide que “ no especulen” con la idea de cerrar el Congreso. Ilustrado no es.