< Detras de la cortina

Morir por brebajes envenenados

Una joven mujer de nacionalidad canadiense, Jennifer Joy Logan, murió el 17 de enero del 2015, por edema pulmonar, en sesión de "limpia", efectuada por un shaman a las afueras de Puerto Maldonado, en la profunda selva amazónica. 

¿Quién? 

Una mujer profesional,  geógrafa inteligente, en sus vigorosos  treintas, con maestrías incluidas en la Universidad de York, trabajaba apoyando a los refugiados del mundo y también era activista a favor de las mujeres víctimas de la trata de blancas en Nepal. 

Metódica y al parecer amante de lo oculto y sobrenatural, puesto que también fue al encuentro de "meditación" y "búsqueda", palabras favoritas de quien en realidad anhela llenar vacíos del corazón. 

Jennifer fue a trabajar e investigar y de paso a meditar con yoga en las alturas de las montañas del Tibet, Tailandia, Europa, India y Arabia Saudita. 

¿Dónde? 

Jennifer al parecer se entusiasmó con la oferta de la página web del viaje espiritual que ofrecía el centro shamánico "Canto Luz", en Puerto Maldonado, Perú. 

¿Cuándo? 

El pasado mes, la joven vino desde Canadá y acudió a un aquelarre y mesada de brujería donde le dieron de beber un inofensivo té y algunas otras hierbas santas y divinas para limpiar su organismo, con los poderes mágicos de los principados y potestades del más allá o del inframundo o entidad a quien los hechiceros hayan convocado. 

¿Cómo? 

Durante la sesión, después de cantos y rezos a los diablos de la selva, incluido el director de tal reunión, a quién no se le ha revelado la identidad todavía, pero según manifiestan es un muy conocido, publicitado e infalible shaman, le dio el brebaje o pócima maldita, ella empezó a limpiarse desde la cabeza hasta los pies a punta de vómitos, convulsiones y escalofríos, tuvieron a bien la paciencia inmaculada de ver a la mujer muriéndose y no hacer nada hasta que después de dos horas los maestros misericordiosos decidieron llevarla en moto a un centro de salud cercano. 

La policía aún no concluye sus investigaciones, y al parecer la familia debe esperar según relatan alrededor de un año para llevarse el cuerpo, puesto que deben revisar bien el protocolo de necropsia y de ser posible practicar una autopsia para determinar si hubo o no asesinato y hacer las denuncias penales correspondientes. 

¿Por qué? 

Una vez más nuestro país será conocido por causar la muerte de turistas extranjeros, ¿hasta cuándo la brujería seguirá pasando piola y no hay quién de los 130 congresistas "uno" que decida penalizarla, cuántos crímenes desapercibidos a través de la magia blanca, negra, amarilla, verde o morada y no es broma, todos esos colorcitos forman parte de las paletas de arco iris y variedades de brujerías que existen, ¿tienen que esperar los señores parlamentarios?, esto no fomenta ni debe fomentar jamás el turismo peruano, estos son crímenes, tal como lo fueron los de la Cantuta, Barrios Altos, del Frontón o  de Madre Mía, no hay ninguna diferencia, cada cual con armas letales diferentes pero crímenes al fin.

Cambiemos la imagen que tiene el mundo de nosotros, callemos el dolor de un país como Canadá que debe tener resentimiento profundo al no poder devolver a Jennifer que no entendiendo de misticismos de urbi et orbi de orígenes pasados, de cultura enseñada y pactada de generación a generación. 

Nunca el Perú podrá devolver a todos los que yacen aquí por ignorancia o exasperado fanatismo de los que a ciegas ceden sus sentidos a los yacurunas amazonenses tal como lo hacían los griegos con Poseidón, el tunche solo crea temor colectivo y seguirá ahuyentando cada vez más, y no debemos olvidarnos del famoso Chullachaqui que con apariencia de un hombre guapo y seductor podemos caer rendidos a sus pies de patas de cabra, y despertar crudamente y ver que nuestro príncipe azul, no es más un asesino conquistador, envuelto en plantas de bijao y ayahuasca. 

Una vez más, en pleno siglo 21 la humanidad demuestra sus faltas y carencias, sus profundos vacíos del alma, su orfandad espiritual, sus búsquedas en laberintos minados y su politeísmo, ateísmo y agnosticismo maquillado de religión, cuando por criterio común sabemos que la religión y las iglesias, separa a todos en el mundo, es el amor lo que marca la diferencia, y que el verdadero amor "no mata con puzangas".

http://www.voltairenet.org/article186727.html?var_mode=recalcul

 

13-2-2015