Detras de la cortina

Estado febril

En el verano abrasador, ni la política no se escapa de la alta temperatura. Peleas, divorcios partidarios y escándalos.

El mayor índice lo presenta, por supuesto, el ejecutivo que se muestra victorioso luego de su victoria pírrica ante el congreso opositor. Ante una lideresa injustificadamente detenida por la fiscalía ¿jugando en pared con el régimen? - y un líder histórico con la salud deteriorada, el gobierno impulsa el resquebrajamiento del fujimorismo, mientras otros personajes se sorprenden o se burlan.

¿Qué tiene de sorpresivo que, ante el hundimiento de la nave electoral keikista, sus integrantes, sin ninguna doctrina ni lealtad, huyan buscando un escape y un futuro político?

En este contexto, resulta increíble también observar el grosero doble estándar de algunos, que linda con el cinismo, al referirse al presidente del Congreso, quien en pocas semanas pasó de ser un aprista renegado, un evasor, supuesto jefe de la bancada oviedista, según Mario Saldaña, y conspirador, a convertirse casi en un paladín de la gobernabilidad. Todo esto mientras una resolución del TC le da armas al casi-oficialista Salaverry para despedazar a la ahora Fuerza Impopular, que sigue haciendo deméritos, como cuando protege a su congresista Sánchez Vilela.

¿Recién el gobierno se muestra dispuesto a dialogar con el parlamento, cuando se encuentra sometido? ¿En condiciones de desigualdad? Pero claro, calla sobre la mentira o “imprecisión”, según la periodista Rossana Cueva, sobre la declaración del presidente acerca de la participación de su empresa como proveedora de Odebrecht y demás. Mientras más habla, más se enreda. Menos mal que esta vez el mandatario no ofreció un inútil mensaje a la nación. ¡Menudo trabajo deben tener los colegas de Palacio, deshaciendo estos entuertos ¡

Vizcarra critica el acuerdo preliminar con Odebrecht, que firma el procurador, designado por su ministro. Es cierto que no es definitivo, pero resulta lesivo en su alcance y mezquino en sus cifras. Y tampoco nos vamos a creer que la Sra. Fujimori es la principal responsable del escándalo, cuando ella no era ni regidora de La Molina, ni siquiera portapliegos de alguna institución estatal. Y si bien es cierto que debe afrontar sus procesos, es en los casos de los otros personajes donde hay que concentrarse.

El 31/1/ de este año el Diario Correo publica una información sobre aportes no justificados al grupo de PPK. Es verdad que el testimonio proviene de un aspirante a testigo, pero sería bueno que los colegas, tan ávidos de indagar a algunos políticos, investiguen esta versión, porque si le creemos a Antonio Camayo cuando afirmó que la Sra. Fujimori se reunió con el juez Hinostroza, también podríamos creer que el cuestionado magistrado hizo lo propio con el presidente Vizcarra, degustando un ron Zacapa, conversando sabe Dios qué.

En este verano de altas temperaturas, las autoridades presentan un estado febril, pero sin embargo la economía no calienta. La construcción sigue a la baja, la venta de aguas, líquidos y cervezas ha disminuido por el ridículo incremento de su Impuesto Selectivo al Consumo, al igual que la venta de autos, que, según Edwin Derteano, representante de los distribuidores, ha descendido un 30%. Pero el fantasmal ministro de Economía, Carlos Oliva no dice ni hace nada, ni tampoco el del Interior, general (r) Carlos Morán, acerca del aumento de la delincuencia callejera y organizada que está empezando a gobernar en varias zonas e instancias del país. Por poner sólo dos ejemplos.