Detras de la cortina

La otra dictadura

Conocidos los primeros resultados y las proyecciones de la ONPE y de la mayoría de encuestadoras, todo parece indicar que Pedro Kuczynski será el próximo presidente del Perú.

Ha sido una segunda vuelta para el olvido, donde abundaron las ironías y los ataques de ambos lados, en especial los del grupo del ex ministro belaundista y toledista. 

En fin, no queremos abundar en estas frases penosas de los dos bandos, pero lo que debemos destacar es que nuestro país ya no puede seguir mirando hacia atrás. Finalizada el autoritarismo y dictadura terminal fujimorista, se realizó un proceso anti corrupción y la candidata firmó un compromiso democrático. Si este sector, que demuestra odio y revanchismo, no le cree a la postulante de Fuerza Popular, es otro problema. En estas mismas páginas, por ejemplo, el periodista y de nuevo congresista, ahora de PPK, Guido Lombardi, destacaba el carácter sereno y el trabajo de Keiko Fujimori. Se entiende que sólo la política podría hacerlo cambiar de opinión.

Nosotros creemos, por otra parte, que más allá del caso Ramírez, la candidata naranja tenía ideas poco claras y falta de cuadros, a diferencia de PPK, quien sí los tenía, pero carece de partido.

Sin embargo, resulta patético y peor que la señora Verónica Mendoza haya prestado su apoyo a Kuczynski. ¡La izquierda haciéndole campaña a la derecha, a la que ellos llaman la más rancia! Vamos a ver si este apoyo está condicionado, pero si Kuczynski se definió alguna vez como “socialista”, todo puede pasar.

Los peruanos esperamos que se acabe este lenguaje y actitud de odio en las calles, redes, en la política, y que aceptando nuestra rivalidad, no nos tratemos como enemigos cuando alguien expresa una opinión singular, y en ese sentido, no abonan las palabras del candidato puntero cuando afirma que “no nos vayan a robar votos”, como si el JNE estuviera comprado o sus personeros tuvieran una personalidad limítrofe.

Que se acabe pues la dictadura intelectual, aquella que quiere imponer su visión de la historia, en nombre de la pluralidad, la democracia y los derechos humanos. El Perú no aguanta 5 años más de odios, juicios, y peleas. Sería funesto para la democracia que queremos  construir y consolidar.