< Detras de la cortina

Luis Benavente: La campaña del 2011 puede ser más traumática que la del 2006

“Las encuestas ayudan a conocernos mejor” afirma Luis Benavente, quien ha estado vinculado a las encuestas como director del Grupo de Opinión Pública de la Universidad de Lima, institución que ha hecho cerca de 500 estudios sobre diversos temas de la realidad política, social y empresarial. Se tratan, en suma, de radiografías de la opinión de los peruanos con relación a sus hábitos, actitudes y comportamientos. En la siguiente entrevista, Benavente, Comunicador Social de la Universidad de Lima con una Maestría en Administración,  analiza - a título personal - la situación económica, política y social del Perú, así como lo que puede ser la campaña del 2011.

Ddlc: Estamos entrando a una época electoral ¿Cuál es el perfil del elector peruano? 

LB: No hay un tipo definido, es muy diferenciado. De Ica hasta Tumbes es un elector si se quiere de centro-derecha, sobre todo por el gran peso de Lima, donde ganan partidos de una derecha popular, una zona de emprendedores emergentes, no del gran capital. Ahora, el resto del Perú, el sur, incluidas la sierra y la selva son de centro izquierda y de algunos sectores más radicales.

Ddlc: Consecuencia directa de la desatención del Estado en esas zonas.

LB: Claro, a mayor pobreza mayor radicalismo. Dentro de esos sectores, los que tienen la imagen de ser más radicales son los aymaras, los puneños del Collao. Pero en la sierra central o selva central son igual de radicales, y personajes como Humala tienen bastante éxito.

En todo el Perú, la división geográfica nos muestra electores antisistema. ¿Pero, cómo define la gente el sistema? Y si lo simplificamos, en lo político está representado básicamente por la corrupción y en lo económico - social por una mala distribución de la riqueza. Entonces, al mantenerse esas condiciones y a pesar del crecimiento, el rechazo al sistema pueda permanecer y aumentar.

En otras palabras, en los últimos años ha habido crecimiento económico, pero la corrupción se ha mantenido igual. Entonces, las condiciones que generan un rechazo al sistema no han cambiado, y en estos días los tiempos son pródigos en ese tema: Crousillat, BTR, y los USB perdidos misteriosamente, con un alto impacto mediático.

Ddlc: Claro, pero eso no debería sorprender si consideramos que la corrupción ha sido casi una política de estado y es fundacional. Ocurre en todas las sociedades. El asunto es cómo se combate.

LB: Bueno, es un mal estructural en toda la sociedad peruana. Si en una esquina me para una policía por una infracción y lo arreglo con un soborno es corrupción. Desde el juez de paz no letrado en comunidades muy alejadas que recibe una gallina y un queso de dos litigantes. En la medida que eso ocurra, querrá más conflicto, porque uno irá con un pato, el otro con una coliflor…La gente iguala corrupción con inversión social, y cree que si no hubiera corrupción, no habría pobreza. Sabemos que le toca por distribución, porque el estado va a ser obras en educación: pistas, escuelas. No es un razonamiento, es una percepción.

Ddlc: Lo que usted plantea es lógico y válido ¿Pero cómo se explica la simpatía por Keiko Fujimori?

LB: Existe un sector que piensa de la siguiente manera: roba pero hace obra. Y entonces frente a la corrupción de Fujimori la tolerancia aumenta. Eso es fatal, porque quiere decir que los otros roban pero no hacen obra.

Ddlc: Lo cual significaría que no sólo la corrupción es un problema nacional, sino la incompetencia.

LB: Claro, es correcto. Pero hay un asunto más, un problema de liderazgo. Las sociedades son conducidas por líderes y encarnan valores. Si los líderes llegan dos horas tarde, no reconocen a sus hijos, ¿Qué ejemplo dan? Son modelos sociales y además existe un aparato estatal muy grande, con más de un millón de empleados con sus familias que forman parte de una estructura que podría tener una imagen de mayor integridad y consecuencia.

Ahora, dentro del electorado peruano hay sectores más modernos y otros más conservadores. Por ejemplo, Susana Villarán puede tener 10 a 15% en el segmento A de Lima y no llegar al 15% en el segmento E, donde debería tener una mayor aceptación por su posición de izquierda. Eso te muestra un sector A mucho más imbuido de sensibilidad social, y cercano a Michelle Bachelet, o Lula, que son izquierdas que defienden economías de mercado, a diferencia de la derecha de capitalismo salvaje, que - como hubiera dicho Juan Pablo II - no respeta el equilibrio ecológico, ni nada y sólo le interesa la rentabilidad.

Creo que hay sectores en la construcción de ese perfil muy desinformados y sin ningún nivel de cultura política.

Ddlc: ¿Esos sectores no se informan porque no quieren, no pueden o porque tienen que trabajar todo el día?

LB: Principalmente porque tienen un nivel educativo muy bajo.

Ddlc: Puede ser transversal y llegar a las clases medias.

LB: En general, los sectores pobres tienen menos acceso a la educación, por una cuestión de acceso.

Ddlc: En lo que se refiere a cultura política el asunto es más complejo.

LB: Hay una relación entre educación y cultura política. Ahora, en general los sectores pobres no tienen educación. Es más, creo que el negocio para mucha gente es que los pobres no la tengan, porque si la tuvieran hace rato que las cosas hubieran cambiado. Los pobres no ganan con los políticos. Es al revés. Los políticos ganan a expensas de los pobres, en la medida no de su pobreza sino de la falta de información, de educación y cultura política que puedan tener.

Ddlc: Se vuelven fáciles de manipular.

LB: Se junta la manipulación, la falta de educación, el regalo y la promesa, que muchas veces es incumplida y defrauda al ciudadano, entonces ese ciudadano desinformado está mucho más sujeto a esa ilusión que se quiere. Eso es otro atributo.

Ahora, ese ciudadano no es tonto, es desinformado, porque tiene la intuición y llega a estudiar quién le puede dar una mejor propuesta y una esperanza. El problema es que se trafica con esa esperanza.

Ddlc: Cada cinco años nos decepcionan. Es como dice el tango: hoy un juramento, mañana una traición.

LB: Claro, porque ésa promesa se convierte en una esperanza. La esperanza es lo último que se pierde, y lleva a una ilusión, y el ser humano vive con ilusiones. La vida sin ilusiones es estéril. Entonces, una vez que hay una ilusión dentro de unos años de gobierno termina defraudada, y ahí viene la búsqueda de alguien que encarne su descontento, y que se traduce en el antisistema. Y ese alguien que te va defraudar luego, y constituye un círculo vicioso.

Ddlc: Y nada garantiza que el antisistema sea mejor que el sistema. Es más, probablemente sea peor.

LB: Así es. Y eso es consecuencia de una falta de sistema de partidos políticos en el Perú. Porque todo es vaporoso, puede surgir cualquiera en cualquier momento y ése que surge- mire lo que tenemos a la vista- no sabemos en qué puede terminar. Creo que un partido estructurado es mejor que uno improvisado.

Ddlc: Los únicos partidos son el APRA y el Ejército.

LB: Bueno, y la Iglesia.

Ddlc: En este escenario. ¿Cómo puede evaluar el elector la credibilidad de la encuesta? De las encuestas se afirma que están a favor o en contra de alguien, que manifiestan simpatías, que son compradas…

LB: Es un tema polémico. Las encuestas forman parte del sistema político - electoral, gusten o no.

Ddlc: Y deberían ser una herramienta para los políticos, medios, ciudadanos.

LB: El funcionamiento de la publicación de las encuestas actúa en una doble dirección: qué tanto influyen en la intención de voto, y si lo hacen, en qué dirección. Usualmente hay un margen de indecisos muy alto. En el Perú, aproximadamente un 40% o 45% de los electores decide su voto en el último mes. Una encuesta seis o nueve meses antes está proyectando no más del 50% de gente que ha decidido el voto, y eso lo tenemos determinado en estudios post-electorales con mucha claridad: 45% o 50% en el último mes, la mitad de ellos en la última semana, y un 12 a 13% el mismo día de la votación.

Es decir, si el domingo siguiente hubieran elecciones y hubiera un padrón de 20 millones de votantes, 2 millones y medio decidirán el mismo día, por los factores que mencionamos antes, como la falta de sistema de partidos, educación y cultura política.

Las encuestas influyen en cuanto a los indecisos, o aquellos que dicen tener definido su voto, pero “pueden cambiar de opinión”, lo que significa que también son indecisos. Esos indecisos que son tantos, al leer resultados de una encuesta es probable que voten por quien esté en el primer lugar, a ganador, para tener un triunfo efímero. Entonces quien va ganando logra adhesiones de los indecisos. Ése se considera efecto de la encuesta, y el otro es inverso. Los candidatos con poca votación, al ver que su candidato tiene esa cantidad de voto reafirman su voto o siendo indecisos se suman a él para respaldarlo. Una especie de síndrome de David para enfrentar a Goliat, con un sentido estratégico: ese candidato con pocos votos a quien apoyo va ayudarme a cerrarle el paso al otro. Es un voto interesado, se mueve para obstruir al otro, y eso puede llevar a que una elección se polarice.

Entonces, las encuestas influyen arriba o abajo. Ahora, los que van primeros en las encuestas por lo general siempre pierden porque la carrera electoral no es de velocidad sino de resistencia, y quien no la tiene sucumbe porque las encuestas muestran resultados solamente de ese menos del 50% que tiene una decisión, por lo tanto esos sondeos me están dando un resultado distorsionado.

Ddlc: Ése podría ser el caso de Lourdes Flores. Aparte de sus fallas de comunicación política y errores de campaña.

LB: Ahí hay una paradoja, porque si está primera, debió ganar la adhesión de indecisos. Se leen mal las encuestas, y los números no necesariamente llegan a hacerse reales. A mayor debilidad del sistema político, mayor posibilidad de cambios dramáticos. Porque si el sistema de partidos es sólido y la política está organizada, los mensajes son predecibles.

Ddlc: Entonces la falla está en el sistema político.

LB: Así es.

Ddlc: La gente confunde las encuestas. No son números, son letras. ¿Cuál es la interpretación de las mismas sobre la actitud y opinión sobre la democracia y el sistema político? Un informe del PNUD sobre la democracia en el Perú, de marzo del 2006, revela algunos datos interesantes, y suponemos que las cifras no han variado mucho: el 70% de entrevistados afirma que la democracia funciona mal, y de ellos el 90% señala que la democracia no funciona bien por culpa de los políticos. El 73.5% de ciudadanos opina que prefiere gobiernos con orden y autoridad, el 29.4% considera necesaria la violencia para ejercer la autoridad - lo que consideramos gravísimo- y 29.2% para defender al pueblo, el 19.4% cree que el Perú es una desgracia y el 7.75% cree que sólo cambiará por métodos violentos.

LB: Efectivamente, no son letras, y en negrita, son fuertes. Las encuestas inicialmente permiten que los ciudadanos nos conozcamos mejor.

Ddlc. Claro, pero la pregunta es si las personas que las leen o las reciben interpretan correctamente el mensaje que nos brindan. Y eso va desde políticos, funcionarios y comunicadores hasta los ciudadanos.

LB: No hay una adecuada lectura de las encuestas políticas. A veces hay información muy útil para los candidatos, porque son encuestas de acceso público que difunden los medios, pero se nota que no están utilizando esa información por su comportamiento político electoral.

Ahora, en lo que son políticas de estado, las encuestas nos dan muchísima información en temas sociales y no se están usando adecuadamente, a pesar que el sector público y muchas instituciones realizan investigación de mercado, marketing social para poder diseñar sus políticas, desarrollan sus campañas de comunicación, hacen diagnósticos y trazan líneas de base para establecer en qué situación están en un momento dado y poder comparar en el futuro. Hay un aumento creciente de la investigación en el país, que ha sido muy dinámico en investigación de ciencias sociales en los últimos 40 años.

Ddlc: Por la cantidad de fenómenos: la violencia, la migración…

LB: …la pobreza y las condiciones políticas de fines de los sesenta y comienzos de los setentas, con un gobierno militar, y donde se trataron temas de manera abierta. Diría que en el Perú se hace investigación. Falta la acción, y convertir esas letras en políticas de estado. Lo que pasa es que las políticas no están estructuradas porque tenemos un liberalismo tan fuerte que no hay equilibrio. Los números o las letras tendrían que establecerlo.

Nos hemos ido a un extremo liberal. Por ejemplo, el empleo se ha flexibilizado demasiado, los services a las cuales se les paga el triple o cuádruple de lo que recibe un empleado, obviamente por costos y utilidades que tiene esa empresa.

Ddlc: Las empresas podrían aducir que hay un problema de sobre costos, impuestos. Y por otro lado también hay casos de sindicalistas que ganan 10 mil soles, tienen licencia sindical, promueven y hacen huelgas, pero a ellos no los pueden despedir, pero ellos presionan para que sus compañeros que no tienen los mismos privilegios tomen esas medidas de fuerza.

LB: Creo que hay un asunto de equilibrio. En España que está con un gobierno de izquierda, antes de derecha, y vive una situación crítica con la crisis internacional, cuando una empresa está en dificultades no despide a 300 trabajadores. Se sientan la empresa, el sindicato y el estado y negocian la situación. La empresa puede presionar a través de los medios.

Creo que por ejemplo, ha caminado bien lo de la  AFP, es mejor que el sistema público, y el dinero no va un fondo público, sino a hacer pistas y carreteras. Pero me parece que el Estado ha abandonado sectores como la educación. Los ciudadanos pagamos impuestos y esperamos inversión de alta calidad para los pobres. Como administrador del bien común, debe darles preferencia, y no dedicarse a privatizar todo.

Los servicios se han privatizado, y han mejorado, pero los precios son altos, y los abusos increíbles. Ahí está el caso de telefonía. La letra pequeña es una puerta abierta para cualquier abuso y el estado no arbitra. Estamos a merced de las empresas.

Ddlc: ¿Que dicen las encuestas sobre esto?

LB: En general, tiene que ver con los sectores que mencionaba antes. Un 60% de centro derecha y un 40% de centro izquierda, eso lo puedes observar en esa zona de Ica a Tumbes, y otra de centro izquierda más radical, por un asunto poblacional preponderante, algo que se ve en el TLC. El porcentaje de adhesión era alto, va del 60 al 70% incluido un porcentaje en la zona más radical, hay una aceptación de la economía de mercado y de los negocios internacionales.

El caso de Lima es interesante. Las personas que provienen de la sierra sur y la selva y llegan a la capital se “derechizan” porque COFOPRI les da una propiedad rápidamente, y Lima un mercado. Uno se para en cualquier esquina y vende lo que quiere. Tiene una propiedad y un medio de subsistencia. Ya es un capitalista emergente y popular, tiene el sueño del provinciano que llegó y tuvo éxito. Algo que defender, a diferencia de lo que ocurría en su lugar de origen.

El estado es el mismo para todos, pero Lima brinda esa opción. El Perú es un país centralista. Las regiones han avanzado en algo, ha habido transferencia de competencias. Falta una mejor gerencia, y que cada región maneje sus recursos y fiscalice sus autoridades.

Ddlc: ¿Cómo ve usted las campañas que se vienen?

LB: La presidencial puede ser más traumática que el 2006. El rango de confrontación puede ser total. La política está individualizada. Y siempre ha sido así. En Estados Unidos, no ganó el partido demócrata, ganó Obama. En Francia, era Bonaparte y hoy es Sarkozy.

Pero detrás de esos individuos hay procesos y grupos sociales económicos en pugna que son representados por esa política. Entonces para empezar habrá que hablar de los procesos históricos, sociales, económicos de poder, de grupos e influencia de los grupos en confrontación y que eso se exprese en una política confusa, producto de la carencia de un sistema de partidos sólidos.

Ahora, sobre el 2011, Humala el 2006 tuvo 31% en primera vuelta, no logró mayoría absoluta, lo que es imposible en el Perú. El tiene dos grandes posicionamientos: antisistema y de izquierda.

Como izquierdista - nacionalista corre solo. Es un terreno de moda, en una izquierda moderada de Lula hasta la radical de Morales, Correa, Chávez - Marco Arana no jala muchos votos, pero como antisistema sí tiene competencia, porque sorprendentemente el 2006 absorbió ese sector, ahora compite con dos personas antisistémicas para la gente, pero no para mí. Keiko Fujimori, Luis Castañeda derechistas populares, y Bayly, quien ha hecho una agenda social para provocar. Ese voto no tiene ideología. Yo voto por él por llevar la contra, sea de derecha o de izquierda.

Humala tiene un partido más estructurado de lo que parece. Es orgánico, tiene comités departamentales, una sede central. Mucha gente pensó que el 2006 cuando perdió, desapareció. No era así. Estaban viendo lo que querían. Podría aparecer alguien más radical que él, pero no sé si tendría tiempo.

El surgimiento de Humala se basa en la asonada de Andahuaylas y el trabajo de años atrás y la acción de Antauro, con el movimiento etnocacerista, y luego el partido nacionalista, y antes con la rebelión en Moquegua.

Ddlc: Pero Ollanta Humala comete el delito más grave dentro del estamento militar: rebelión, y se levanta contra una autocracia moribunda. Y finalmente va como funcionario del sistema a Seúl y París. Es un personaje ambiguo.

LB: Sí claro, pero esto se condice con la teoría del outsider y mesiánica, aquella que sostiene que alguien va a venir de fuera a resolver todo, a salvarnos.

En el otro lado de la izquierda moderada está Marco Arana. No sé qué espacio de posicionamiento pueda tener, si puede ser el nuevo Barrantes (Frejolito).

Ddlc: ¿Cree que un antisistema pueda ganar el 2011?

LB: Esa probabilidad existe. Pero hablando de otra figura como Keiko Fujimori, que se basa en la herencia de su padre. Hay un tema de corrupción que juega mucho en su contra, más que los derechos humanos. Para la gran masa la gente decía que si los terroristas hacían de las suyas, había que meter bala. Mucha gente razona así.

Ella tiene a su favor la victimización del padre. En las encuestas del 2002, un 25% aprobaba la gestión de Fujimori del 90 al 2000, el 2010 se aprueba un 60%. Y en todos los indicadores mejoraba su índice. En el 2008 y 2009 aumentaba increíblemente. No tenía los medios, estaba extraditado, enjuiciado, procesado, encarcelado, y mejoraba su imagen.

En esa época la gente me preguntaba y no tenía una respuesta.

Ddlc: Que podía ser la ineficacia o el fracaso del sistema político.

LB: Claro, pero principalmente se puede explicar por la victimización. Si Alberto Fujimori muere hoy, nace el mito.

El padre le transfiere todo, lo bueno y lo malo, y existe la idea que el aparato fujimorista montesinista se está recomponiendo: Crousillat, Kouri y Keiko.

Aparte está el tema de su juventud. Entregarle el país a los 35 años a un joven, que puede tener elementos que puedan hacer de las suyas. No sé si la juventud jugó a favor de García en el 85. Y no sé si lo pueda hacer a favor de Keiko Fujimori, en una sociedad machista, con mujeres machistas.

Keiko Fujimori se maneja bien en los medios, sabe salir de situaciones difíciles. Ahora, ella pondrá un vicepresidente mayor y experimentado.

Ddlc: ¿Cómo ve a Luis Castañeda?

LB: Castañeda tiene a su favor su imagen de alcalde. García quiere dejar una obra física antes de irse. Lima ha tenido muchas obras como las escaleritas, los pasos a desnivel y en la encuesta tiene más de 80% de aceptación, los cuestionamientos no le han hecho daño. Y también es conocido fuera de Lima, porque la mayoría de quienes van a las fuentes de agua son provincianos y les van a contar a sus paisanos sobre esa maravilla que los deslumbró. Además hace mucho y habla poco, y eso tiene un impacto en el imaginario popular.

En lo negativo, no lo veo guerrero. Antanas Mockus acaba de confesar Parkinson y sigue en campaña. No lo veo un contendor mediático. Y eso es importante, y no sé qué capacidad tiene de soportar la campaña negativa que va a tener. Toledo era campeón en eso.

Creo que entre Castañeda y Keiko Fujimori compiten por un voto muy parecido. Uno va a sobrevivir, y el otro llevará una buena bancada al congreso y seguirá siendo una figura importante, pero no pasará a segunda vuelta.

Ahora, Toledo se está reposicionando.

Ddlc: Sí, pero en general hace declaraciones poco acertadas.

LB: El tiene un manejo de la comunicación interesante y simple. Cuando comete un error salen Sheput, Bruce o Ferrero-Costa a interpretar sus palabras. Y funciona. Que no nos guste o esté mal no importa, ya borraron o descargaron la carga negativa. Yo lo he escuchado cuando declaró y recordó que el partido aprista pidió su vacancia, y además hubo crecimiento.

Ddlc: Hasta donde recordamos, el APRA pidió un mayor estudio antes de firmar el TLC con Estados Unidos, y el crecimiento económico se debió, principalmente, al aumento de los precios de los metales.

LB: Si Belaunde y García volvieron, ¿Por qué no Toledo? si lo hizo mejor. Es un buen guerrero. García se va en medio de escándalos de corrupción.

Ddlc: ¿Qué pasará con el oficialismo?

LB: Tendrá un candidato que empezará con 2%, luego apelará al clientelismo y subirá. En esa crecida, ¿A quién le restará votos? A Humala, Keiko, y Castañeda.

Ddlc: ¿Cómo evalúa las posibilidades de Lourdes Flores (1)?

LB: Es posible que la relance un grupo con el único interés de llegar al Congreso, lo que abonaría a favor de Toledo. Sin embargo, ambos tienen que diferenciarse.

(1). Lourdes Flores fue lanzada a la alcaldía, pese a que algunos grupos la querían postular a la presidencia. De ser elegida, la ley le permite renunciar y candidatear el 2011.