< Detras de la cortina

Remembranzas de un bombero voluntario

El autor de la nota, listo para servir.

Inspirados en el heroico fallecimiento del sargento Manuel Suárez Pinzás de la Bomba Roma Nº 02, el año 1974, en el Incendio del Hotel Plaza a la espalda de la Catedral de Lima, decidimos ingresar a prestar servicios en la Compañía de Bomberos Voluntarios Cosmopolita Nº 11, antes Nº 6, ubicada al costado del Congreso de la Republica.

Crecimos en el callejón de la cuadra 09 de la calle “La Confianza”, en los Barrios altos, y como voluntario concurrí a colaborar en grandes incendios como el del edificio “La Colmena” del jirón Azángaro (Basílica de San Pedro), donde perecieron 09 personas lanzándose del cuarto y séptimo piso.

El año 1978 fuimos reconocidos como bomberos voluntarios, y concurrimos a todo tipo de incendios que se producían, principalmente, en Lima, La Victoria y el Rímac, siendo el jefe de la Guardia Nocturna el Brig. Alejandro Salazar Encinas.

Tuvimos la ocasión de participar en el incendio del jirón Ucayali, con el jirón Andahuaylas, denominado edificio Chapetex y en diversas emergencias como derrumbes, fugas de balones de gas, catástrofes y desbordes del rio Rímac, choques y accidentes de tránsito, rescates de vehículos y ascensores con personas atrapadas, diversos amagos de incendios, así como ayudas comunitarias a pueblos jóvenes y asentamientos humanos, siendo aproximadamente 200 emergencias.

El servicio del bombero voluntario es un apostolado conocido, y sus integrantes como “Los caballeros del fuego”, donde -antes como ahora- se brinda el servicio las 24 horas, sin costo alguno al erario nacional.

Antes los bomberos comprábamos nuestro uniforme botas con recursos propios, y aportábamos mensualmente una cuota para cubrir los gastos operativos de cada compañía. Cuando escaseaban los balones de aire, ingresábamos al incendio con paños de ron para poder respirar.

Por ello los 14 de febrero de cada año se recuerda a los bomberos voluntarios que acudieron a un llamando de emergencia, al siniestro en una de las casonas antiguas en la calle "Plumereros",  la cual amenazaba con propagarse a las viviendas cercanas.

Después de una ardua labor, los bomberos lograron sofocar el incendio, y para verificar que el fuego no se reanime, decidieron ingresar 05 bomberos para ver las condiciones de la vivienda. Pero mientras inspeccionaban el inmueble, fueron sorprendidos por el derrumbe de los restos aún humeantes de dicha vivienda, quedando atrapados.

Luego del incendio, fueron declarados héroes de aquel incendio en la calle "Plumereros":

Cap. CBP Juan Roberto Acevedo – B 11

Tnte. CBP Eleazar Blanco Avilés – B 11

Secc. CBP Julio Ochoa Torres – B 3

Sgto. CBP Pedro Torres Malarín – B 10

Sub-tnte CBP Carlos Vidal Bergot – B 11

Este último quedo herido, pero no se pudo hacer nada para salvar su vida, muriendo la madrugada del día siguiente del fatídico incendio. El gobierno de ese entonces suspendió toda actividad por los carnavales y declaró duelo nacional.

Todos los años el CGBVP rinde un homenaje a estos valerosos Bomberos, en el cual se les recuerda con respeto hoy, en su local de cuadra 3 del Jirón Camaná.

Este servicio lo hemos prestado conociendo perfectamente que el bombero es ese personaje, último bastión del civismo, y ciudadano ejemplar, con un espíritu de sacrificio desinteresado y altruista.

*Economista

*Bombero

*Cosmopolita nº 11