< Detras de la cortina

Cambio de Gobierno no detendrá el crecimiento del PBI 2018

Es totalmente falso que el cambio presidencial detenga el crecimiento de la economía de 4% para 2018 y la caída de las inversiones, tal como lo han venido afirmando los técnicos del fracasado equipo económico del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). 

Actualmente tenemos un déficit fiscal del casi 3.5% que, según sus miembros, debe ser el límite, con una tendencia a la baja, con un trabajo más eficiente de la SUNAT, la misma que debería contribuir a alcanzar la meta de disminuirlo al 1.5% al 2021. 

A lo largo de esta crisis, las predicciones de la burocracia del MEF ha generando irresponsablemente expectativas negativas en la economía, que ocasionan descontento en los inversionistas y consumidores, los cuales reaccionan frente al comportamiento de las variables económicas como la inflación, tasa de interés, inversión privada en minería e inversión pública, empleo, tributos, entre otras. 

Es necesario recomendar a los agentes económicos que, deben desconfíar de las declaraciones de algunos funcionarios del local de la Avenida Abancay. 

Cualquier acción que un Poder del Estado adopte como consecuencia de una investigación clara referida a posibles actos de corrupción del gobierno no debe ser interpretada negativamente. Por el contrario, los inversionistas que antes sabían que tenían que pagar sobornos para concursar en obras de alto costo, y ahora no lo harán, estarán satisfechos, podrán generar mayor inversión. 

Para disminuir la brecha fiscal provocada por el equipo económico actual y por un  grave escándalo político, los gobernantes de turno pertenecientes a la “alta tecnocracia dorada” con conocimientos de última generación, debieron tener cuidado de lo que ofrecían en la campaña electoral, como el incremento de sueldos en  educación, salud, defensa, baja de los impuestos como la tasa del IGV, que no se cumplió, y dar mejor calidad de vida a la población, a través de cambios radicales en el sector público. 

Sin embargo, el nuevo gobierno y los integrantes del remozado grupo económico tendrán que tomar medidas para evitar el incremento del déficit fiscal o, mejor aún, disminuirlo. Así mismo, se debe generar confianza en el manejo de las finanzas públicas, realizando acciones para reducir radicalmente el gasto público improductivo, aumentar la tributación de las grandes empresas, disponer una reorganización inmediata de la SUNAT y el reforzamiento del cuerpo de inspectores, investigaciones a grandes fortunas sospechosas que no pagan impuestos. 

El cambio, en el Poder Ejecutivo cualquier cambio debe producirse rápido para atraer la inversión que genera empleo, mejora ingresos en la población, alimenta el consumo e incrementa la recaudación tributaria. Reducir el déficit fiscal es un punto de partida necesario para atraerla, además de mejorar las condiciones de competitividad.  

Finalmente, es claro que el gobierno central no reconoció el momento adecuado para quitar el pie del acelerador en la aplicación de la política fiscal activa, a tal punto que el problema del financiamiento del déficit fiscal podría ocasionar un desequilibrio macroeconómico. La respuesta no está en no tener un plan para arreglar el problema fiscal, si no en buscar la mejor escuela de pensamiento económico para proponer políticas económicas apropiadas, según la realidad económica del país. 

*Economista