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Pintura y Escultura en el Perú

Las artes plásticas peruanas cuentan con representantes de primera calidad, que a pesar de las dificultades presupuestales, no dejan de crear y difundir las nuevas tendencias de la pintura y escultura. Cada vez con más fuerza, muchos peruanos son testigos de numerosos espacios que sirven para transgredir conceptos y presentar propuestas que alientan la personalidad propia de las artes contemporáneas en el Perú.  

Después del papel preeminente que había tenido el arte indígena de los pueblos andinos, a partir de mediados del siglo XX, otras tendencias estilísticas empezaron a difundirse en la pintura peruana. 

El grupo de los llamados independientes bajo el liderazgo de Ricardo Grau se abrió a las influencias del muralismo mexicano (Alejandro González, Enrique Camino Brent y otros) y del realismo social (Sabino Springett, Teodoro Núñez Ureta), y volvieron géneros como el bodegón, el desnudo y el paisaje puro. En el campo de la escultura, artistas como Joaquín Roca Rey y Jorge Piqueras lograron superar el convencionalismo de las décadas anteriores, introduciendo innovaciones modernistas. Durante los años 50, el arte abstracto entró en el Perú, sobre todo a través de la actividad de Fernando de Szyszlo. 

En lo sucesivo, este estilo se convertiría en la tendencia principal, marcada, al inicio, por figuras geométricas, luego del informalismo europeo y el expresionismo abstracto norteamericano. Más tarde, y de nuevo a través de la obra de Fernando de Szyszlo, la referencia al tiempo precolombino se extendió como un rasgo típico del arte peruano. Artistas como Alberto Dávila, Gastón Garreaud o Eduardo Eielson buscaban la combinación de lo precolombino con lo moderno, una tercera vía entre el colonialismo cultural y el folclore nacionalista. A mediados de los años 60, artistas como Luis Arias Vera, Jesús Ruiz Durand o Rafael Hastings se abrían a nuevas formas artísticas del vanguardismo internacional, como el pop-art.

Durante los años 70, finalmente, comenzó el retorno de la figuración en el arte peruano, que se manifestó en tres tendencias: el realismo (como en el caso de Bill Caro), el expresionismo (Sérvulo Gutiérrez, David Herskovitz y las esculturas de bronce y cuero de Cristina Gálvez) y el surrealismo (Gerardo Chávez, Alberto Quintanilla y otros). Entre los escultores peruanos, destacan sobre todo Miguel Baca Rossi y Víctor Delfín. José Tola y Antonio Máro son unos de los artistas más conocidos de los últimos años.