Detras de la cortina

Nube gris

Tratando de recuperar la confianza empresarial, el presidente Ollanta Humala anunció una serie de medidas para no desacelerar la economía, que se presentaba como una nube gris en nuestro clima de inversiones, entre las cuales la más ambiciosa y polémica concierne a la creación de un grupo ejecutivo destinado a monitorear las inversiones trabadas, que según se ha manifestado, bordean los 15 mil millones de dólares.

Asimismo, se ha informado sobre la promulgación de la nueva ley del servicio civil, que ha quedado suspendida, luego que  la CGTP se opuso a la norma porque "recorta los derechos laborales". Pero lo más importante es el reciente anuncio del mandatario en el sentido que el régimen gobernará con el empresariado. Ciertamente, el gobierno no debe gobernar con los empresarios, ni con los sindicalistas (sus antiguos socios). Lo que no implica negarse a discutir con ellos y llegar a acuerdos por el bien del país, debe buscar un equilibrio entre actores políticos y económicos.

Esta declaración realmente sorprende - aunque provenga de Ollanta Humala- cuando hace poco unas semanas señaló, con gran desatino, en un foro empresarial, ante la perplejidad de los asistentes, principalmente hombres de negocios, que se debía buscar un "equilibrio" entre el velasquismo estatista y el liberalismo que ha reducido el estado. Y aquí nuevamente se equivoca, al igual que sus ¿antiguos? compañeros de izquierda. Confunden estado grande con estado poderoso. Y ya los peruanos sabemos cómo termina eso.

En vez de gobernar "con los empresarios", a los que, por ejemplo, su ministra de la Producción atacó cuando dijo que "no era ministra de 8 empresas", el régimen debería revisar la ley que promueve la "alimentación saludable", que ataca la salud económica de las empresas. El estado les da un registro sanitario y una autorización comercial a sus productos, y luego pretende restringir su publicidad y su consumo. Y del pan con chicharrón ni se hable, que bien se puede calificar como chatarra, por más sabroso y natural que sea. ¿Ahora bien, lo pernicioso es consumir la incorrectamente denominada comida chatarra, o se trata de un hábito de comer constantemente ese tipo de alimentos lo que nos vuelve, literalmente, chatarra? Esta norma no es sólo estatista, sino ridículamente paternalista. Y a eso se suma a la disposición que otorga más facultades a la Marina de Guerra en los puertos, y otras que son lanzadas por el gobierno y aprobadas por el congreso.

De nada sirve pues, que el régimen gobierne "con los empresarios". Mejor sería si se les escucha en sus planteamientos, y se apliquen sólo si benefician a las mayorías. Es conveniente, pues, que el presidente se olvide la gran transformación, en los hechos y las palabras, que sus ministros se hagan visibles, y comuniquen los alcances de su gestión.

En la presentación de las medidas, Humala habló de la importancia de no ser únicamente un productor de materias primas sino de productos de valor agregado, pero olvidó lo que mencionó su ministra de Educación, Patricia Salas, en el sentido que su sector busca un trabajo coordinado con los industriales para promover educación técnica de calidad. Los ministros deben ser más visibles, especialmente si toman alguna medida acertada.

Mientras tanto, la nube gris también alcanza a la política, como ocurre con los dos ex presidentes. El caso del presidente García es delicado, pero de acusaciones más serias ha salido librado, sea por fallas de la investigación o la pericia de sus abogados. En lo que respecta al ex presidente Toledo, más que el asunto de sus casas, que sin duda es serio, tendría que investigarse si, como señaló Fernando Olivera en febrero del 2001, Montesinos le ofreció 50 millones de dólares, su nexo con Óscar Medelius (vinculado al caso de las firmas falsas del fujimorismo y también de Perú Posible), George Soros y su sobrino, Bavaria, CLAE…y según algunas versiones su patrimonio inmobiliario y terrenal en el norte del país. Sin embargo, estamos casi seguros que en ambos casos - en el Perú no hay cadáveres políticos - no pasará nada. El caso del ex presidente Fujimori, hoy esperando un indulto, bien podría ser la excepción que confirma la regla.

Para terminar está el caso de la DINI, cuyo fortalecimiento no debe concentrarse en, como se afirma, atacar a los rivales políticos del régimen para favorecer a la primera dama, sino en combatir con eficacia al terrorismo, narcotráfico y cualquier otra amenaza al Estado. Aunque un servicio de Inteligencia, que en ningún país aplica métodos ortodoxos, puede dar explicaciones detalladas. Sin embargo, el primer Ministro podría informar sobre sus actividades en sesión reservada.

Sobre la interminable discusión sobre la candidatura de la señora Heredia, el premier Jiménez ha afirmado que no se promoverá ninguna ley que permita su postulación. El problema es que no sabemos lo que realmente piensa el presidente y quienes pueden suceder a Jiménez Mayor. Porque siempre hay personajes que se prestan para todo.

La otra pregunta sería sobre qué base puede Palacio tomar una decisión tan arriesgada. El ex presidente Fujimori se reeligió sobre sus logros en materia económica y antisubversiva. El ex presidente Toledo podría haber invocado los TLC y Camisea. ¿Cuál es logro u obra que le pueda servir a este régimen, no como razón, o cuando menos como pretexto, para reelegirse? ¿Programas clientelistas y no productivos?

Pese a que la temperatura climática ha bajado, la política ha subido. Y el gobierno y los políticos no pueden -o no quieren- terminar, en medio del compás de espera del fallo de La Haya, con la nube gris que ensombrece nuestra política y nuestra economía.