< Detras de la cortina

Por un turismo sostenible

En días pasados, encontramos una invitación debajo de nuestra puerta. Era para la III Feria de Turismo, Entretenimiento, Gastronomía y Artesanía (Feria de Regiones 2010), en cuya organización participaban los gobiernos regionales y la presidencia del Consejo de Ministros, lo cual nos sorprendió, porque la verdad no tenemos más vinculación al sector público que cuatro amigos, que trabajan en dos organismos gubernamentales.

Sin embargo, decidimos ir, pues los temas nos parecieron de interés. Llegamos al Jockey Club temprano, en la puerta presentamos nuestra invitación VIP, y la persona que estaba en la puerta nos dijo que a las 12 entramos, y nosotros dijimos porque si la tarjeta dice a las 10 y eran las 11. Antes de seguir reclamando nos hicieron pasar.
Ya dentro de la feria, observamos que pese a ser las 11 de la mañana, la mayoría de puestos no estaban listos, y los organizadores y expositores, se paseaban - Nextel en mano - de un lugar a otro.
Vimos los puestos de la región Lambayeque, Cajamarca, y Chavimochic, Hoteles, y productores de lácteos, etc., pero el hecho que la mayoría no estuvieran montados nos desanimó a recorrerlos y a hacer preguntas. En una de las alas del lugar, se preparaba una ceremonia oficial en la que iban a exponer José Luis Chicoma, viceministro de Industria, y Bernardo Roca Rey, flamante viceministro de Cultura.
De pronto, se anunció la realización de un foro que sí llamó nuestra atención, con un título sugerente: “Por un turismo sostenible” e ingresamos.
En la mesa central estaban Elmer Barrio, abogado de la Universidad de San Marcos como moderador, Heinz Plenge, Jorge Chávez, Óscar Gamarra, y Kurt Holle.
Plenge: “Chaparrí busca combatir la pobreza y la desertificación”
El primero que expuso fue Plenge, conocido fotógrafo y conservacionista, y luchador contra la pobreza, con 30 años recorriendo geografías y 350 mil imágenes. Un verdadero archivo arqueológico y natural.
Plenge habló sobre su experiencia con Rain Forest, una empresa que trabaja en sociedad con la comunidad campesina de Santa Catalina en Chaparrí (Lambayeque), en la zona Muchik, con 42 mil hectáreas y que busca crear corredores de conservación macroregionales, en una zona donde habitan más de 230 aves.
“En los años 70 se talaban árboles para hacer cajones de frutas que ni siquiera eran reusados” señaló Plenge, quien al tiempo resaltaba cómo el proyecto se asociaba a la comunidad, las ONGs, y el estado apoyaba, mientras el 2003 el gobierno regional creó el “Corredor ecológico Lambayeque”.
Como logros señaló cuatro proyectos de conservación, siendo uno de los más importantes el de los Osos de Anteojos, con el nacimiento en el 2009 de los primeros oseznos, al igual que las pavas aliblancas, el guanaco, el cóndor andino y de la selva.
La empresa se basa en la participación de la comunidad, desde guías hasta escoltas, y se trabaja en la construcción de albergues, al mismo tiempo que se crean puestos para guardabosques, enfermeras, etc.
Con los fondos obtenidos, se atiende a 1000 ronderos y 500 escolares, y se crean micro empresas que producen, entre otras cosas, miel, con lo cual se levanta la autoestima de la comunidad, y además se hace pasantías de otras comunidades.
El proyecto Chaparrí tiene como objetivos principales luchar contra la pobreza y combatir la desertificación. Los recursos en el año 2009 fueron de 120 mil soles, que se repartieron de la siguiente manera: 40% para la Reserva, 25% para Salud, 15% en Educación, 10% en Seguridad y 10% en Administración, y según Plenge, espera obtener 100 mil dólares anuales hasta el 2015.
Jorge Chávez: Es necesario hacer sostenibles los recursos turísticos, que incluyen la ciudad y terminan en el sitio.
Para Jorge Chávez, ingeniero forestal, especialista en biodiversidad y ecosistemas, conservación, con estudios en la Universidad de Kent (Inglaterra), existe la necesidad de hacer sostenibles los recursos turísticos, no sólo por 5 o 10 años, y garantizar al visitante una experiencia agradable, para lo cual remarcó es importante tener una buena gestión del uso público, por que el turismo empieza en la ciudad y termina en el sitio.
En ese sentido, mencionó varias deficiencias, como la propaganda electoral no borrada en diversas zonas de la ciudad, que pertenecen a los partidos de Belaúnde, García, y hasta de Odría, así como el abuso de palabras y frases en lugares públicos que agreden a la vista, pocas áreas verdes y falta de señalización.
Igualmente, la superposición de logotipos publicitarios que figuran encima de la señalización de calles y avenidas, y un caótico transporte en ciudades como Lambayeque.
En los sitios, carteles grandes y mal ubicados, o una zona reservada como “Los Pavos” y con montículos de basura atrás, o Kuélap, donde los autos se estacionan donde sea, en contraposición de lo que ocurre en Europa, donde el estacionamiento está lejos del lugar. Otro de los puntos débiles son las boleterías, y algunas como en el Circuito Turístico Chimú tienen un aviso encima del lugar que dice: “Pagar con sencillo, S/.7.70” ¿Por qué no redondear la tarifa, se preguntó?.
Chávez mencionó otros aspectos como capacidad de carga, es decir cuántos visitantes se pueden recibir, y recordó también casos como el del Museo de Louvre (Francia) donde una visita promedio dura…15 segundos.
Y en la periferia de los lugares recordó la importancia de tener senderos en buen estado, con descansos y parrilla, servicios higiénicos que consideren la cantidad de visitantes, y tiendas deben estar al final del sitio por razones prácticas, y sin perros. Y evitar el vandalismo.
Finalmente, recomienda realizar una encuesta para registrar el nivel de satisfacción del usuario.
Óscar Gamarra: El 90% de emprendimientos turísticos no tienen éxito
Para Óscar Gamarra, administrador hotelero de la Universidad San Martín, con estudios en la Universidad del Pacífico y Gerencia Social en la PUCP, existe un problema grave: más del 90 % de emprendimientos turísticos en el Perú no han tenido éxito.
En realidad, señala Gamarra, el turismo es más pequeño de lo que creemos, y además recuerda, está integrado a un desarrollo económico local con actividades que pueden dañar el medio ambiente y generar desigualdades.   
GEA, la organización donde trabaja, es una ONG sin fines de lucro. “Empezamos en Lurín, dedicados a temas ambientales, y ahora al turismo”.
Su filosofía se basa en conceptos como ciudades sustentables, empresas como Ecoparques industriales, y escuelas saludables, con énfasis en temas ambientales y turísticos, y un Turismo sustentable como Viva Pachacámac, con el apoyo del Fondo Ítalo- Peruano.
El proyecto está ubicado en Pachacámac, el valle más importante de Lima, y a 20 minutos de la ciudad, que vive un boom gastronómico con restaurantes gourmet, y donde la comunidad no participa.
La idea es crear un camping comunal, y privilegiar una arquitectura con ambiente, cuya belleza vaya más allá del lugar, y puso como ejemplo el Colca que tiene elementos culturales, agro, ganadería, iglesias remodeladas con la Cooperación Española, y el mirador. Ahí el turista sale de Arequipa, está cinco horas, come en Chivay y regresa. Sin embargo, recibe miles de visitantes y tiene una gran pobreza.
"En GEA tratamos de integrar comunidades, población local, estado, y empresa privadas", señaló Gamarra. Se busca fortalecer gestiones de gobiernos locales y comités de turismo, y también tenemos activos naturales (aves) e imágenes culturales. “No somos sólo un país Inca: También es Moche, Paracas, e incluso amazónico.” señala el expositor, y resalta la importancia de la educación turística dirigida a la gestión de destinos y responsabilidades, generando participación y "no sólo en los brochures".
"El concepto de turismo sostenible tiene 30 años en el mundo y 10 en el Perú, y es importante", concluyó el expositor.
Kurt Holle: “Nuestra competencia es la deforestación”
Luego fue el turno de Kurt Holle, ingeniero Forestal de la Universidad Agraria, quien fundó Rain Forest - Main Expeditions en 1992, y cuyo modelo es la reserva de Tambopata- Amazonas, empresa que recibe 40% de las utilidades y la comunidad 60% de los recursos. Entusiasta, se define peruano y amazónico. "Desde 1988 soy un pez carachama, de charco. He trabajado en Madre de Dios y conozco ésa pequeña esquina del mundo”. “La naturaleza es nuestra posición y las personas nuestro compromiso”, remarca casi como un eslogan.
Al tiempo de señalar que sus visitantes son nativos y colonos, y entre ellos extranjeros, afirma que Tambopata es un parque nacional muy bien conservado de un millón de hectáreas. Consta de un Refugio y la Posada de Amazonas, Puerto Maldonado, a donde se llega vía aérea, y de ahí por vía fluvial.
Para Holle, la razón de su trabajo es la competencia, que es la deforestación. En el 2040 no habría ni animales ni bosques, por un problema que se originó hace 150 años: se valora más una hectárea de soya que una de bosque, y así es como funciona la economía global. Hay que equilibrar los valores. “No se sanciona la contaminación del agua y del aire”, manifiesta el último expositor. “Libre mercado no es lo mismo que mercado libre”. "Nosotros, recuerda, creamos mercado para un bosque manejado".
Un futbolista, un rockero, gana 100 millones de dólares, funciona, pero no es lógico. No es que los necesitemos. Es por una fibra que el turismo también toca y le da valor. Conectamos a los indígenas y a los turistas. “Las personas que nos visitan por un tiempo, se vuelven indígenas: ven atardeceres, conversan, mientras que nosotros nos concentramos en lo que nos distrae,” recalca Holle.  
La Posada de Amazonas tiene un colegio secundario, una posta médica, etc. Desarrolla una economía de chacra y viviendo con la caza, pesca, la madera y microempresa.
Desde 1996 incursionan en el turismo con un producto, un refugio de 30 habitaciones con paredes cerradas, pero rústicas. Los comuneros acceden al empleo como jefe de operaciones, recursos humanos, y en piscigranjas.
Se proyecta transferir esta empresa a la comunidad el 2016. En la actualidad, 80 % va a las familias (que han triplicado sus ingresos) y 20% a la comunidad, en un esquema similar al accionariado difundido.
Las familias emplean 18% de sus ingresos para la casa, 17% para comida, 13% para muebles, 12 % para equipos (motosierras, botas, y escopetas).
La comunidad tiene 10 mil hectáreas y usa 4 mil para turismo. En esa área no se permite cazar ni cultivar. En las laderas se puede invertir en oro o madera.
“Cuatro mil hectáreas que funcionan bien”. Los comuneros sancionan a los infractores quitándoles la tierra y no entregando los dividendos. "La cacería es como la piratería, es menor, bacán y se considera un símbolo de estatus”, comenta.
“Es como si un machiguenga nos diga que no hay que comer cebiche. Lo sacamos a patadas”, concluye Holle.
Así concluyó esta interesante conferencia a la cual asistimos, casi por accidente, el día que el aeropuerto de Cusco fue tomado por revoltosos, y los vuelos suspendidos. ¿Cuándo se entenderá que el orden es un valor y no sólo para el turismo sostenible?
Nota de redacción: Cuando nos retirábamos y todavía no concluía la ceremonia oficial, observamos en la parte de atrás de la zona donde se desarrollaba la ceremonia,  a algunos asistentes que comían cebiche, parados, como se hace en el restaurante Punto Azul de Javier Prado. ¿Conferencia adelante y almuerzo atrás?