< Detras de la cortina

La economía y la segunda ola del covid - 19

El economista recalcó la importancia de realizar pruebas masivas en el país. Algo que desde que se inició la pandemia no se hace.

El rebrote de la pandemia no permitirá que la recuperación y reactivación de la Economía, sea de acuerdo a lo proyectado por el Ministerio de Economía MEF en un PBI 2021 del 10%. Ahora, el Banco Mundial proyecta 7.6% previéndose que puede ser menor al 5%.

Nouriel Roubini profesor de la Universidad de Nueva York, dice hace rato que el mundo se dirige hacia una tormenta perfecta de factores financieros, políticos y sociales, y el coronavirus es un problema adicional que nos mantendrá en una larga recesión post Covid – 19, de la cual no será fácil recuperarnos.

La actividad económica sigue reducida y continua la disminución del consumo, de la inversión y de la producción de bienes y servicios, lo cual provoca a su vez que se despidan trabajadores y, por tanto, aumente el desempleo.

El desafío del ministro de Economía Waldo Mendoza, es que hacer frente a la pandemia. Muchos abogan por volver a las actividades normales para proteger los empleos y las actividades económicas, otros defienden el nuevo aislamiento obligatorio para salvar vidas.

El jefe del sector reconoce que el Ejecutivo ha tenido y tiene falencias y problemas en la aplicación de medidas para este fin, en especial en lo referente al apoyo a la población pobre y desempleada, durante el estado de emergencia nacional.

A la anterior gestión se le advirtió que en la formulación de las medidas para recuperar la economía se debía aumentar el gasto hasta que la demanda del sector privado y el empleo vuelvan a tasas de crecimiento favorables.

En esta nueva coyuntura, se debe agilizar y ejecutar planes, programas y proyectos de inversión pública para mejorar y orientar la distribución de los recursos públicos a nivel nacional, regional y local, complementando a la inversión privada.

Con este objetivo, se debe convocar al Centro Nacional de Planeamiento Estratégico -CEPLAN- ya que carecemos de planificación estratégica, prevención y visión de futuro.

El premio Nobel de Economía, Paul Michael Romer, ha creado un plan para responder a la crisis económica y sanitaria llamado (Hoja de ruta para reabrir responsablemente América), que se basa en hacer la mayor cantidad de pruebas de Covid-19 a la población lo más rápido posible para comprobar su estado de salud. El plan se justifica teniendo en cuenta que la economía no puede permanecer parada y hay que enfrentar el virus, porque el escenario de una economía cerrada es insostenible para el país. Algo que no mencionan muchas autoridades, e increíblemente varios médicos y científicos.

Si parte de la población está infectada, se debe hacer un aislamiento de esas personas y permitir que el resto, que no están contagiados, regresen a sus labores productivas.

Aparte, se hace necesario desarrollar una respuesta adecuada de política macroeconómica a través de un gasto fiscal agresivo con una inversión pública significativa, y apoyo de asistencia social a trabajadores, empresas y otros agentes económicos afectados.

Las lecciones son claras: la combinación de una política monetaria agresiva e intervenciones fiscales tímidas deja a los inversionistas privados una interrogante de "esperar y ver", alentando la especulación.

En la recesión actual, existe el riesgo de que una acción fiscal lenta podría aumentar el alto riesgo de contagio. El gobierno debe dar una señal clara de que la preocupación de la salud pública es lo primero, empezando por mejorar el nivel de gestión, sino fuera mucho pedir.

Sin embargo, esto presenta cuellos de botella, como la falta de gasto especializado, inversión en infraestructura física y social, así como en investigación e innovación financiada con recursos públicos.

El premio Nobel Joseph Stiglitz dijo que en el mundo "no habrá recuperación económica hasta que no salgamos de la pandemia", y afirmó que "la segunda ola del Covid-19 será peor y ello hará difícil la recuperación".

Un mensaje para el académico, y hoy discreto ministro del sector, Waldo Mendoza, sería: “una cosa son los libros y la macroeconomía, y otra la capacidad gerencial y de ejecución del presupuesto público.” Y de esos últimos aspectos, hasta ahora, no dice nada importante.

*Economista