< Detras de la cortina

¿MEF: Nueva ministra, o secretaria, con antiguas (e ineficientes) ideas?

La flamante secretaria de Economía y Finanzas, María Antonieta Alva, pertenece al antiguo equipo económico del ex ministro Carlos Oliva, y ha afirmado que continuará con las mismas acciones y medidas que llevaron al fracaso de sus antecesores. Además, no ha expuesto hasta ahora, -algo que debería hacer a la brevedad posible-su plan económico para aumentar el crecimiento del PBI, para que la población mejore su nivel vida.

A comienzos de año, se había previsto un crecimiento del 4.5% anual. Sin embargo, según el BCR el PBI crecerá en 2.7%, lo cual significa un estancamiento.

La Srta. Alva se refiere a mantener la estabilidad macroeconómica que contribuye a la creación de un ambiente favorable para la materialización de inversiones y el desarrollo productivo y aumento en la productividad de las actividades económicas. Dicha estabilidad es condición para generar los niveles de confianza y de certidumbre requeridos por los agentes económicos, para la toma de decisiones de cualquier proyecto de inversión.

Hay 2,037 proyectos de inversión pública que no se ejecutan y 633 proyectos abandonados, el 40% de las obras en ejecución están en arbitrajes y paralizadas con juicios que se perderán o se pagará adicionales a las empresas constructoras, incrementando su costo. Tenemos una burocracia compleja y trámites interminables, el Estado no está funcionando. El presente año la ejecución de la inversión pública nacional, regional y local llega al 39% del presupuesto asignado anual (PIA).

Para que crezca la inversión pública debe contar con una gestión pública aceptable. No se observa un buen funcionamiento del nuevo Sistema Nacional de Programación Multianual y Gestión de Inversiones (Invierte.pe) para acelerar la ejecución de proyectos, y no se incrementará, obviamente, con las nuevas gestiones de las autoridades regionales que tienen que conocer primero sus planes de desarrollo regional y las obras que lo conforman.

Como dijo Adam Smith, la riqueza de un país depende de tres factores: un esquema jurídico funcional para todos (para lo cual se requiere de una reforma integral del poder judicial para que sea eficaz y probo), libre comercio y competencia abierta (sin oligopolios como del Sistema Privado de Pensiones AFP´s que retiene como Fondo Administrado obligatorio de los ahorros de sus aportantes S/. 169,270 millones, casi 22% del PBI nacional, aparte de otros sectores, como el farmacéutico y el de medios de comunicación.).

Aplicamos una economía donde la iniciativa privada es libre. El Estado orienta el desarrollo del país, y actúa en las áreas de promoción de empleo, salud, educación, seguridad, servicios públicos e infraestructura.

Lo que debería anunciar la ministra, si es que quiere marcar alguna diferencia, y tomar alguna decisión audaz, es, para empezar, promover al menos la marcha por un proyecto minero - si es consecuente con el modelo de explotación y exportación de materias primas- aparte de claro está, de impulsar la elaboración del Plan Estratégico de Desarrollo Nacional validado por los actores, reformar el Estado (disminuir la burocracia nacional por una selección de directivos capaces) y reestructurar el presupuesto de la república, recortando gastos innecesarios e improductivos, como la inútil propaganda estatal, de pérfida influencia en la prensa nacional.

Además. se debe fortalecer el mercado interno (incremento del consumo, gastos e inversión pública y privada), impulsar el sistema de programación multianual y gestión de inversiones, aumentar la inversión en investigación y tecnología, mejorar la productividad laboral.

La política económica ultra liberal, en algunos casos, ha reducido la influencia de los sectores en la formulación de la política sectorial. Es el MEF el que decide desde el punto de vista de caja del tesoro público y de la inflación, siendo juez y parte, en el aspecto tributario, financiamiento, aranceles, entre otros, creando sistemas que obstruyen el funcionamiento público. Por esta razón, los ministerios no tienen la capacidad de formular y ejecutar políticas, e influir en políticas macroeconómicas que inciden en cada sector.

La economía está estancada con una expectativa de crecimiento baja. Las expectativas negativas generadas por la crisis política ocasionada, principalmente por el gobierno, y los niveles de corrupción generalizada, variables no económicas, causan temor en los buenos empresarios e inversionstas, nacionales y extranjeros.

El estancamiento es de un periodo de tiempo prolongado, y se caracteriza por desempleo y empleo de medio tiempo involuntario.

Se debe pensar en el mediano y largo plazo y revisar el modelo actual de apoyar la inversión para la explotación y la exportación de materias primas, por aquella que al tener beneficios apoye la economía doméstica y se logre una generación de empleo con sueldos dignos, incrementando la productividad de nuestro trabajador.

Somos 900,000 habitantes en extrema pobreza y 6 millones 593 mil en pobreza, y la debilidad de nuestra economía es depender de recursos naturales, de “alto riesgo” en exportaciones de materias primas.

Pero claro, Alva ha señalado que continuará con las mismas acciones de su ineficaz antecesor, aquellas que nos llevaron de una proyección de 4.5% a 2.7% de crecimiento. Aunque quizá, en medio de esta situación de quiebre institucional, sea lo único que se pueda esperar.