Detras de la cortina

Acha, el congresista de Humala

Han pasado varios días y no he escuchado ni leído sanción, reprobación o crítica alguna al congresista Acha. Este ciudadano, que viajaba y dormía con su asistente en una misma habitación, y que fuera acusado de violación, ha sido denunciado este fin de semana por la madre de sus hijos por no asumir la responsabilidad que le corresponde frente a ellos.

 

Es un caso más de un congresista del oficialismo que se destaca por las condiciones paupérrimas en que vive su familia, desatendiendo sus obligaciones y escapando de ellas. Y lo lamentable es que sean congresistas oficialistas, por lo que la siempre locuaz ministra de la Mujer no ha podido manifestarse ni brindar su apoyo a unos niños en desamparo por su padre, colega de la ministra.

 

Distraídos por la revocatoria, los medios y los políticos estamos dejando pasar asuntos graves, como es la condición miserable en la que un congresista mantiene a sus hijos y a la madre de estos. Probablemente esto se resuelva rápidamente en el Poder Judicial, pero no deja de llamar la atención la catadura moral de la gente que Ollanta Humala escogió para llevar al Parlamento. Él, que se jacta de su familia, está acompañado de impresentables que abusan de mujeres y abandonan niños. Y los mantiene en su bancada, a pesar de los escándalos.

 

Al gobierno le haría bien tomar distancia de sujetos como Acha. Es un personaje que contradice todo lo que el presidente Ollanta Humala predica con respecto a la familia. Y al resto de congresistas debe darles vergüenza tener que compartir horas de trabajo con un sujeto como este.

 

He de suponer que si no son capaces de ponerse de acuerdo en asuntos importantes para el país, podrá el presidente del Congreso empujar el desafuero de alguien que deshonra al Parlamento del Perú.

 

*Abogado y analista político

*Columna Bizantina, Diario Correo, 30/1/13

*Reproducido con autorización del autor